martes, 22 de enero de 2008

MI OTRA MITAD




Te lo llevo que pesa mucho? Es una frase que siempre me repite mi pareja cuando salimos. No, si a mí no me pesa! ( Eso es mentira, claro ). Y si aun no has adivinado de que estoy hablando, te diré que se trata del bolso. Ese oscuro objeto de deseo, que, además de completar nuestra indumentaria, a veces nos salva, y otras nos destroza la espalda, para que vamos a engañarnos?
Para una mujer, el bolso es como para los hombres... el cinturón, por ejemplo, que no lo entiendo porque si lo usan es que les queda grande el pantalón, y si es así, porque no se compran una talla más pequeña? Bueno, no se, es una apreciación personal porque es algo que no llego a comprender.
Mi bolso es parte de mí, una prolongación de mi mano, de mi brazo. Una parte de mi ser.
Es mi lampara de Aladino,al que siempre acudo cuando tengo alguna necesidad, algún deseo, porque él, todo lo abarca.
A mi amor, le molesta que vaya cargada pero luego: Me guardas esto en el bolso? Me encanta!
Es como nosotros, que va evolucionando, y siente apego a las cosas ( A los caramelos sin papel, por ejemplo ).
Cuando voy a comprar uno nuevo,hago un exhaustivo casting, menos si lo necesito, porque realmente siempre se necesita un bolso ideal, me lo cuestiono todo: el color, el tamaño, el material... Porque va a formar parte de mi vida y la de mi familia ( mi madre los hereda, y a veces, hasta los estrena! )
Es verdad que a veces, dejo alguno abandonado, pero cuando lo rescato de mí baúl, después de un tiempo, lo mimo tanto que olvida que fue destronado y le colmo de atenciones y regalos ( prueba a utilizar crema hidratante con los de piel o mete en algún bolsillo un poco de lavanda ). Él, a cambio, me da alguna alegría, como devolverme un pendiente o algo que creí haber perdido.
Así que por eso y mucho más, el bolso lo llevo yo, siempre. Como las riendas de mi vida.

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